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El programa de l'Ajuntament pareciera de una realidad paralela: conciertos, murales, una charla sobre mutilación genital femenina y otra, rescatable, sobre pornografía. Nada sobre la violencia que viven las mujeres trabajadoras del hogar y cuidado, en su mayoría migrantes y racializadas; nada sobre la violencia política de género que enarbolan particularmente PP i Vox; nada sobre una ley de extranjería racista y violenta contra cientos de mujeres; ni una mención al CIE de mujeres; absoluto silencio frente a la revictimización de los protocolos institucionales frente a las denuncias de violencia. L'Ajuntament de Sant Cugat vive en esa misma España que ya es otra, quizá, esa en la que todas las mujeres que vivimos aquí tendríamos los mismos derechos, o al menos, el mismo derecho a una vida libre de violencias. Sant Cugat ya es otro, al menos para algunas; pero no para todas.
Los datos nos dan cuenta de que ni Sant Cugat ni España son otros, de enero a septiembre de 2023, el Servei municipal d'Informació i Atenció a les Dones (SIAD) ha atendido 140 casos de violencia machista en nuestro Ajuntament, 25% más que en 2021; y en los Centres d'Atenció Primària (CAP) se han duplicado los casos de atención enlazados a violencia de género con respecto a 2022; hay 82 mujeres en Sant Cugat con órdenes de protección como víctimas de violencia machista, y 125 bajo seguimiento de protección. Pero estos números nos deberían de alegrar, dice el cap de la comisaría dels Mossos d'Esquadra, Manel Rodríguez, las mujeres al menos nos estamos informando que podemos denunciar; imaginaos, que la violencia sea tanta, tan brutal, que sea tan invivible, eso no nos debe "entristecer"; debemos dar gracias que las mujeres nos hacemos cargo, nos decidimos a decir algo, a pasar por las burlas, la revictimización, la cosificación y las nuevas violencias. Sobre los al menos cien hombres santcugatences violentadores, esos que son nuestros vecinos, ellos quizá no necesitan informarse que lo que hacen es un delito.
El lema de este 25N en l'Ajuntament de Sant Cugat hablaba de un Sant Cugat seguro, igualitario y respetuoso. El filósofo Karl Popper explicaba ya en 1945 sobre el riesgo de la tolerancia sin límites; si ante las violencias machistas se tolera la ausencia de compromisos por grupos municipales; si ante los datos, se tolera la banalización de las autoridades; si se denuncia la violencia machista pero se tolera la ejercida contra las mujeres racializadas, migradas, precarizadas; si priorizamos un Sant Cugat "respetuoso" frente a un Sant Cugat libre de violencias, ganarán -tarde o temprano- las violencias.
GRACIELA ROCK és activista feminista, antirracista, sudaka i mare. Activista de Sant Cugat En Comú Podem
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