La vivienda en Sant Cugat, un reto que no puede esperar

Alejandro Muñoz

Alejandro Muñoz


Publicat: el 28/febrer
Opinió| Columnes

Es sabido el hecho de que Sant Cugat es una ciudad que tiene un grave problema con la vivienda; el alquiler medio se sitúa en 1.250 euros y sin ningún atisbo de que haya un punto de inflexión a la vista. Además, hemos visto cómo el gobierno municipal, con el plan de vivienda asequible 2030, ha asegurado la creación de 300 viviendas antes de finalizar el mandato.

A expensas de las promociones con la construcción ya iniciada, vemos como uno de los grandes ejemplos la construcción de la promoción de viviendas en la avenida Verge de Montserrat, que dotará de 35 nuevas viviendas a la Floresta. Esta obra se encuentra en fase de licitación de empresa constructora y tiene una finalización prevista de dichas obras en el año 2026. Como vemos, la construcción de parque público de vivienda es extremadamente lenta uniendo tanto los tiempos fijos de consecución de los permisos, que como vemos en nuestra ciudad son extremadamente elevados, y los tiempos referidos a la propia construcción que son imprevisibles pero para una promoción de 30 viviendas nunca inferiores a los 2 años.

Estas son medidas que a priori pueden parecer no una solución, sino un parche a mediano-largo plazo, ya que en lo que se refiere al gasto económico en estas promociones (podemos estimar de 300 a 400 euros por metros cuadrados construido) y en lo que se refiere al tiempo que se tardaría en concluir el proyecto podemos ver que es una opción demasiado compleja.

La emergencia habitacional en Sant Cugat necesita de intervenciones quirúrgicas, intervenciones que puedan ayudar a asentar la población actualmente en peligro de emigrar a otras localidades por situación económica. Además, estas intervenciones deben de ser realizadas desde la administración actuando sobre el parque de viviendas existente con las herramientas legales necesarias.

Recientemente, el Ayuntamiento adquirió una finca privada por 630.000 euros, ayudando a que los actuales inquilinos puedan mantenerse en la ciudad. Además, vemos cómo no es la primera vez que el Ayuntamiento realiza una compra de vivienda para convertirla en vivienda pública. Otro ejemplo fue la compra en 2021 de 11 viviendas para convertirlas en pisos de alquiler protegidos. Este derecho de "tanteo y retracto" permite la adquisición de viviendas en proceso de ejecución hipotecaria o con deudas por parte de la administración y hacer de ellas viviendas protegidas, o también la adquisición preferencial del Ayuntamiento de fincas vacías en zonas que caen dentro de este derecho.

En Sant Cugat, disponemos de muchas fincas sobre las cuales se puede efectuar este derecho, que al final puede ser más económico y temporalmente de mayor urgencia que la construcción de 300 viviendas. Hay que ver la realidad, en esta emergencia cada segundo cuenta; hay que priorizar que los habitantes de Sant Cugat no tengan que verse en la situación de marchar de su hogar por tener que pagar un alquiler excesivo o que los jóvenes no deban marcharse por no poder mantener la vivienda a buen precio que encontraron y que ya no tienen tan buen precio. Para ello debemos actuar ahora, no a final de mandato.

ALEJANDRO MUÑOZ és el primer secretari de la Joventut Socialista de Sant Cugat