No se puede limitar la acción de los equipos de gobierno a la creación de nuevos equipamientos e infraestructuras dejando de lado los ya existentes, es como si el día a día no tuviese ya importancia una vez hecha la inauguración protocolaria.
Mantener adecuadamente la ciudad no puede dejarse a la suerte de oportunismos electorales o como parte del programa político de tal o cual partido para las elecciones municipales.
Ha de ser un compromiso que se asuma "de oficio" en cada mandato por el correspondiente equipo de gobierno municipal.
Hoy en día, la complejidad de las administraciones y de la gestión municipal hace que desarrollar cualquier proyecto, por modesto que sea, requiera un esfuerzo y una voluntad a toda prueba. Casi se puede decir que contar con la correspondiente partida presupuestaria es relativamente un tema menor, en comparación.
En lo que habitualmente no nos paramos a pensar es que después de la ejecución de cada proyecto empieza realmente el verdadero reto, el del compromiso que se adquiere de realizar un mantenimiento adecuado de ese proyecto o equipamiento a lo largo de toda su vida útil.
Por tanto, deberíamos valorar en los presupuestos y con una importancia paralela, lo que se destina a nuevos proyectos y lo que se destina a mantenimiento, y no dejar esta última partida como algo marginal.
Y no solo eso, deberíamos contemplar y valorar los nuevos proyectos en términos de la inversión para realizarlos más el gasto futuro de mantenimiento que se derivará de los mismos. Este es el compromiso global que se asume cada vez que se aprueba un proyecto.
Si no lo hacemos de esta manera, corremos el riesgo de que en el futuro los costes de mantenimiento sean inasumibles, y que en lugar de que Sant Cugat crezca manteniendo el modelo de ciudad, crezca perdiendo calidad de vida, deteriorándose.
A día de hoy está claro que la partida destinada a mantenimiento es insuficiente. Las quejas que llegan desde diferentes puntos del municipio sobre el estado de las calles, de las aceras, de las rieras, de la iluminación, así lo reflejan.
Y la solución está clara, destinar más dinero a limpieza y mantenimiento y no tanto a dar publicidad a las actuaciones como si estuviésemos siempre en periodo preelectoral.
El "hoy hemos podado los árboles de la calle tal" o "Visitamos las obras de reparación en el asfalto en el sector cual" no hacen falta, la ciudadanía ya ve y aprecia en el día a día el grado de limpieza y mantenimiento de la ciudad.
Parece que con esta publicidad se quiera justificar carencias en la gestión o como si quisieran vendernos un desempeño más allá del deber.
Exijamos a los equipos de gobierno un presupuesto adecuado en limpieza y mantenimiento. Es un compromiso que hemos de asumir con Sant Cugat.
Que se prioricen con rigor las inversiones a realizar, de manera que se garantice en cada una el máximo retorno a la ciudadanía y no se hipoteque el crecimiento futuro debido a los altos costes de mantenimiento que pueda suponer. Solo de esta manera podremos garantizar que se mantiene la calidad de vida del modelo de ciudad que nos gusta.
En nuestras manos está que Sant Cugat siga siendo en el futuro una joven promesa, una ciudad dinámica y atractiva por su calidad de vida, y no una vieja gloria donde la decrepitud y el abandono se abra paso por todos los rincones del municipio.
JOSÉ MIGUEL GARCÍA és el vocal portaveu de Cs a la junta de veïns de Valldoreix
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