Este dilema se basa en la paradoja de que las estrategias individuales racionales conducen a resultados colectivamente irracionales cuando no está presente la cooperación entre los involucrados. Es decir, los individuos que toman decisiones con el objetivo de obtener beneficios individuales, no se dan cuenta de las externalidades negativas que de forma recíproca se generan en el caso de que el resto de individuos se comporte de la misma forma.
Uno de los aspectos más conocidos de esta tragedia es el conocido comportamiento 'free rider', es decir, el comportamiento personal que busca la obtención de ventajas individuales amparándose en la acción colectiva de la mayoría de los ciudadanos. Por ejemplo, las personas que deciden no vacunar a sus hijos y que a pesar de eso están a salvo (relativamente) de contraer esas enfermedades gracias a que el resto de la población sí que se vacuna.
Este dilema conduce, por lo tanto, a una situación en la que existen múltiples equilibrios de Nash al derivar en una utilización egoísta por parte de todos los participantes en el uso del bien público. La solución para obtener un único equilibrio de Nash, en el que todos los participantes obtengan el máximo beneficio común, se obtendría, según Hardin, aplicando una penalización, una multa o un impuesto, con el objetivo de modificar el comportamiento natural de los individuos.
Si queremos alcanzar un futuro en el que todos podamos compartir el prado y que este no acabe esquilmado y provoque la ruina de sus usuarios, habrá que volver a un entorno regulado y en el que el estado de derecho vuelva a ser el eje sobre el que gira la vida política, económica y social de nuestra Comunidad. Debemos olvidarnos de la unilateralidad y de la bilateralidad, aceptar la multilateralidad de los agentes que conviven en el prado y dedicarnos a gestionarlo adecuadamente y de forma solidaria.
Por suerte tenemos un prado fértil, en el que cabe mucho ganado y que puede permitir que todos los ganaderos tengamos un nivel de vida excepcionalmente alto. No perdamos el horizonte de vista y no nos dejemos engañar por la percepción individualista e insolidaria, excepto que aceptemos y asumamos que, tarde o temprano, deberemos pagar (todos) por ello.
MARTÍ PACHAMÉ és membre de Cs
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