Estamos acostumbrados a escuchar del equipo de gobierno que Sant Cugat es una 'Smart City'. Está de moda y es signo de modernidad. Y cuando alguien del Ajuntament nombra esas dos simples y anglosajonas palabras, lo hace para situarse en un plano superior, incluso de supremacía, frente al resto de los mortales y, por supuesto, de las ciudades que nos rodean.
Antonio Roa | Publicat: el 15/feb/19 | Opinió