Replantear la política municipal
Jordi Carreras
Publicat: el 15/abr/14
Opinió|
Columnes
Nadie puede conocer qué criterios mueven al Gobierno Municipal a planear y desarrollar sus políticas en nuestra ciudad. Nadie salvo, en todo caso, y tampoco es seguro, el propio Gobierno Municipal o una parte de él. Los partidos de la oposición vemos sólo, lo mismo que todos los demás ciudadanos, medidas concretas, planes, o iniciativas determinadas, pero no podemos saber si responden a criterios más altos, a una concepción determinada del municipio.
Ahora bien, exista o no esa concepción global de la política municipal por parte del Gobierno, nos parece que es necesario un replanteamiento urgente. Sant Cugat hace ya muchos años que está gobernada por el mismo partido, por CiU. Y ya nuestro partido ha venido señalando desde la campaña de las últimas elecciones municipales cómo este hecho comporta un cierto endurecimiento de situaciones, una especie de esclerosis política, podríamos decir, que hace muy difícil cambiar de rumbo y replantear la visión política de la ciudad.
Por eso venimos proclamando desde hace meses, y frente a determinadas medidas del Gobierno Municipal, la necesidad de establecer con claridad cuáles son las prioridades de su política. O, dicho de otro modo, que necesidades de Sant Cugat han de ser atendidas con prioridad, y cuales en cambio, por ser de orden superfluo, secundario o menos urgente, han de quedar relegadas a un segundo, tercer o cuarto lugar.
Y ciertamente, atendiendo a actuaciones que se han desarrollado recientemente en nuestra ciudad, parece evidente que ese orden de prioridades o no existe, o anda muy desenfocado. Por poner algún ejemplo evidente. Se construye un carril de bicicletas en la Rambla Ribatallada, con un coste que ahora mismo no tengo delante, pero que de seguro es alto, y en cambio se dejan acumular hasta 800 denuncias de vecinos que ponen de manifiesto el mal estado de sus calles y vías urbanas; lo que, por cierto, muestra que las carencias y deficiencias que no son denunciadas han de ser muchas más. O bien resulta que en 2013 se dedicaron cerca de 70.000 euros a la reparación de una riera en una población de Bolivia (Tarija), como parte de un total de 519.496,44 euros dedicados a la cooperación internacional. Dentro de este capítulo de gastos se encuentran por ejemplo las siguientes partidas de ayudas indirectas, es decir, a través de Asociaciones u ONGs:
- Asociación IMAGO: 12.693,40 euros para 'Jornadas de sensibilización de la Diáspora: construyendo una biocivilización'.
- CEAM - Centro de Estudios Amazónicos: 12.566,28 euros destinados a la 'Consolidación del Observatorio de Derecho para la independencia en políticas públicas favorables a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, pueblos indígenas y trabajadores emigrantes y sus familias'.
- Educación Sin Fronteras: 20.590,25 euros, destinados a 'Apoderamiento y participación de la juventud: una estrategia de desarrollo humano sostenible en comunidades indígenas de Guatemala 2013'.
Así hasta un total de 17 ayudas por vía indirecta.
¿Está mal que se construya un carril de bicis, que se repare una riera en Bolivia, o que se fomenten las actividades de diversas asociaciones que actúan en el mundo? No necesariamente, aunque en algún caso habría que ver con mayor atención cada uno de estos gastos, y profundizar en qué es lo que hacen exactamente, por ejemplo, algunas de las entidades receptoras de los fondos de los ciudadanos de Sant Cugat.
Pero si atendemos a que en nuestra ciudad hay todavía calles sin asfaltar, rieras que desde hace años reclaman solución, y personas que duermen en la calle, en barracas o en un coche (ver última memoria de Caritas), resulta que esto es mucho más difícil de explicar.
En todo caso, el Gobierno Municipal debería explicar a los ciudadanos cuáles son sus prioridades cuales son los criterios globales que rigen su política y cuál es su visión de la ciudad en su conjunto. Claro que para eso hace falta que existan esas prioridades, esos criterios y esa visión global.
JORDI CARRERAS és portaveu del PP