Para mí, la lucha de las mujeres por sus derechos y su politización nunca había llegado a ser tan bochornosa y excluyente como lo es ahora, además de contradictoria y poco ejemplarizante.
Desde las instituciones se tendría que dar ejemplo y no justificar unas conductas lamentables, como por ejemplo fue el caso de la vulneración de la libertad de manifestación a Inés Arrimadas, Begoña Villacís y otras compañeras en la manifestación del Orgullo en Madrid, impidiéndoles finalmente su participación.
O como fue el caso, este mismo 8-M, de conductas incívicas y fuera de lugar que nada aportan al valor de estas reivindicaciones. ¿Cómo se pueden legitimar estas demandas si se acompañan de estos comportamientos?.
Por suerte, mientras unos queman contenedores y vandalizan calles, hay otras personas que luchan por sus ideales y trabajan de forma incansable para conseguir sus objetivos.
Digo esto y tengo en mi recuerdo y reconocimiento a mi bisabuela que era carnicera, a mi abuela que era charcutera con dos paradas en el mercado de Sants. Pero también a mi madre, que decidió no seguir la senda de la abuela y, mientras por las mañanas ayudaba en las paradas, por la tarde decidió labrarse otro porvenir que nada tenía que ver con las tiendas.
Siguiendo esta filosofía, aquí estoy yo con mi familia, intentando salir airosa de esta suerte de cataclismo económico y laboral que es la Covid-19 y a la vez trabajando para los vecinos de Valldoreix.
Muchas veces las cosas no salen bien, pero hay que intentarlo, trabajar y seguir para adelante.
ANNA CANO és vocal de Cs a Valldoreix
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