Hay ciudades que han conseguido que las fechas navideñas sean un reclamo para visitarlas por el simple hecho de que son capaces de lucir de
manera especialmente brillante, nunca mejor dicho, con una iluminación espectacular y original. El comercio local de estas ciudades de manera
directa se ve también favorecido. En este sentido creo que es de recibo destacar que en Sant Cugat la iluminación navideña es claramente mejorable, en cuanto a calidad y cantidad. Si dejamos de lado la Plaça Octavià y algunas calles colindantes, gran parte de la ciudad luce de manera más bien tristona o directamente no luce. Zonas donde por supuesto existen comercios que desearían que el espíritu navideño en forma de ornamentación y leds de bajo consumo también les tocase de cerca a ellos.
Este año, por lo tanto, esperemos que el gobierno de la ciudad entienda que dentro de sus posibilidades debería hacer un sobreesfuerzo en cuanto
a la iluminación y ornamentación navideña. No solo para fomentar el consumo o el que gente de fuera pueda venir a visitarnos, también de alguna manera para poner un contrapunto positivo, casi de carácter anímico, a la difícil situación económica, sanitaria y social que nos ha tocado vivir en estos meses.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de Cs
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