Necesidades, contradicciones y soluciones colaborativas


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Lourdes Llorente


Publicat: el 7/feb/20
Opinió
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Que la Justicia está muy mal es casi un mantra que oigo desde que, hace más de 25 años empecé a moverme por los juzgados y sus espacios asociados (prisiones, departamentos, comisarías, salas de abogados y procuradores, etc.). Contrastaba enormemente la dignidad e importancia del ejercicio de las funciones relacionadas con el mundo judicial, con el estado real y material de la mayoría de los espacios donde al final la Justicia se impartía.

No voy a hablar del procés, aviso. Sino de cosas más prosaicas, pero que afectan a miles de ciudadanos.

En Sant Cugat no hay muchas cosas. No hay hospital público, no hay sala de conciertos (todavía), y tampoco hay juzgados.

Siempre he reivindicado, desde la perspectiva profesional, la necesidad de acercar los servicios, y en consecuencia también los juzgados, a la ciudadanía. Esta reivindicación iba en sentido contrario a la voluntad de la administración de unificar espacios, devolverlos a las capitales y aprovechar medios materiales y humanos. La necesidad del ciudadano, versus el coste económico de los servicios. Es al final una cuestión de prioridades.

Actualmente y desde otra perspectiva, la de alguien que tiene que tomar decisiones, me encuentro con una (otra) contradicción. Sant Cugat necesita juzgados. Rubí necesita mejorar sus juzgados, deteriorados, abarrotados, indignos. Los ciudadanos necesitan una administración de justicia dignificada y sobre todo eficiente y dotada de las leyes (ese es otro tema) y de los recursos del siglo en el que vivimos.

Y ahora soy muy consciente de las limitaciones presupuestarias con las que nos encontramos cuando gestionamos la Administración. Como dice una gran persona, 'triar és trair'.

Si consiguiéramos la gran gesta de que cambiaran la Ley de Planta y Demarcación y consiguiéramos que Sant Cugat estuviera dotada de juzgados, necesitaríamos al menos 4 o 5 juzgados. Un solo juzgado sería no solo inútil, sino gravemente perjudicial para nuestros ciudadanos. El volumen de asuntos judiciales que genera la ciudad son aproximadamente el 50%-60% de los que se tramitan en Rubí, donde ya hay ocho.

A su vez, en Rubí los Juzgados necesitan solo 1 más para poder dividir la Jurisdicción, lo que significa que los juzgados que ahora son 'mixtos', llevan asuntos tanto civiles, de familia, como penales, desde la instrucción de un asesinato, a la tramitación de una incapacidad, desde un delito económico hasta un divorcio... A eso añadirle las guardias. Cada juzgado está una semana de guardia para atender a todas las cuestiones urgentes que surjan, desde levantamientos de cadáveres, a ingresos psiquiátricos por urgencia, atención a los detenidos, etc. Las semanas de guardia la mitad del juzgado está colapsada.

Exigir un juzgado más en Rubí, como mínimo, pues no entro en la necesidad del Juzgado de lo Social, y exigir que los juzgados de Rubí tengan un edificio que los reúna a todos y cumpla con las exigencias que requiere la prestación de un servicio público mínimamente dotado, choca frontalmente -por razones presupuestarias y seguramente de aprovechamiento de los recursos que pueden ser comunes- con la reivindicación de juzgados en Sant Cugat. La contradicción está servida.

Sin embargo, la colaboración y cooperación ayuda muchas veces a resolver contradicciones. Si los Ayuntamientos implicados buscamos un espacio cercano a los núcleos de ambas ciudades, que permita construir un espacio moderno, que pueda albergar todos los juzgados que necesitamos, y con previsión a los que podamos necesitar, y esté cercano a los FGC y dotado de servicio de transporte público adecuado (Castellbisbal también existe), quizá podamos resolver todos los problemas, sin ocasionar duplicidad en los gastos y servicios comunes, y dar respuesta de una vez a una reivindicación histórica de nuestra ciudad, y a una necesidad urgente de dignificación de los espacios donde se imparte justicia, y donde muchísimos trabajadores de la administración sufren a diario condiciones de trabajo muy precarias.

Colaborar, cooperar, compartir y apelar a la solidaridad de las poblaciones que nos rodean puede ser muchas veces la solución. Vamos a intentarlo al menos.

LOURDES LLORENTE (CUP-PC) és tinenta d'alcaldia de Bon Govern, Transparència i Participació



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