En Valldoreix se volverá a hablar del proyecto de Centralidad o de la Avinguda Baixador. En Sant Cugat volverán a estar en el centro del debate la movilidad, la nueva biblioteca central, la posible municipalización del agua, la dejadez de los distritos periféricos o el proyecto del complejo deportivo de Mirasol, por poner tan solo algunos ejemplos pero que podrían ser muchos más.
Durante cuatro años he visto pasar los mismos temas por plenos y comisiones. Durante cuatro años he participado gustosamente de las tertulias radiofónicas de este mismo medio donde escribo y la tozuda realidad nos hacía a menudo repetirnos. Con actitud estoica los miembros de la oposición hemos visto como en las audiencias públicas, o en los consejos de barrios personas distintas venían a reprochar idénticos problemas al equipo de gobierno.
Y si algo ha cambiado, por desgracia, ha sido para peor. Claro, en las futuras elecciones se hablará de seguridad, ya sea en Sant Cugat o en Valldoreix. Y se hablará porque ha habido falta de previsión, desgana e irresponsabilidad por parte del PDeCAT: en los primeros años del mandato negando la gravedad y la degradación del asunto y en las postrimerías poniendo parches.
Resumiendo, no puedo sino desear que por nuestro bien colectivo, como pueblo o ciudad, que mayo nos depare una nueva forma de pensar, y sobre todo de hacer. Si no fuera así, y como diría Thomas Mann, nos tocará muy a nuestro pesar volver a sentir 'aquella peculiar sensación, como soñada y también como de pesadilla de que todo se mueve y no se mueve nada, de cambiante permanencia que no es sino un constante volver a empezar y una vertiginosa monotonía'.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de Cs
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