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Por desgracia no tengo un DeLorean para viajar al futuro y saberlo con exactitud, pero todo parece indicar que el vehículo privado tipo turismo seguirá teniendo un papel protagonista en las próximas décadas. Un vehículo, eso sí, mucho menos contaminante y por lo tanto respetuoso con el medio ambiente. Paralelamente irán tomando protagonismo los transportes colectivos inteligentes y sin conductor, como hace poco pudimos comprobar en la prueba piloto que tuvo lugar en la Rambla del Celler.
Es decir, aunque la bicicleta cobre más protagonismo (ojalá sea así) como forma de transporte alternativo y saludable, está claro que difícilmente el futuro gravitará alrededor de ella. Teniendo en cuenta, además, que Sant Cugat es una ciudad extensa y donde la orografía del terreno, a diferencia de los países nórdicos, juega en contra. Se trata de facilitarle, también, la vida al ciudadano a la hora de tomar decisiones que van a tener un importante impacto en su rutina diaria.
Los actuales problemas de acceso al parque empresarial Can Sant Joan, relacionados con la implantación de un nuevo carril bici, deberían servir como aviso para navegantes de lo que supone no evaluar de forma correcta la diferencia entre el deseo y la realidad. Ya lo dice el dicho: rectificar es de sabios.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de Cs
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