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En Catalunya, Cs se presentó a las elecciones con la idea de que era el único partido capaz de plantar cara al independentismo. Consiguieron ser el partido más votado, pero Inés Arrimadas se ha dedicado a 'desempeñar un papel, a actuar'. Incapaz de generar ningún puente de diálogo, buscando excusas para no hablar con el gobierno de la Generalitat, ya que, en el fondo, solo le interesa la crispación, mantener a la sociedad polarizada. A Ciudadanos no le importa el sufrimiento de la gente, quieren alimentar el conflicto territorial, y no le preocupa los problemas cotidianos de las personas: su único interés es el rédito electoral que piensa obtener con esta situación.
Repasando los estatutos de Cs, el artículo 45 dice: 'Ninguna persona podrá desempeñar dos cargos públicos electivos en representación del partido de forma simultánea. No obstante, tal incompatibilidad podrá ser dispensada por el Consejo General.' Pero, en realidad, contradicen lo que verdaderamente dicen. En Sant Cugat, el grupo de Cs tiene una regidora que compagina su trabajo de regidora con el de consellera comarcal y con el de diputada en el Parlament, con sus consiguientes tres retribuciones económicas.
A primera vista, podemos pensar que mantener los tres cargos y sus correspondientes remuneraciones sea solo por interés económico, pero tal vez otras son las causas para estar 'dispensada por el Consejo General'. Otra razón aparte del beneficio económico puede ser que prefieran cerrar el paso al número 4 de su lista para que no sea regidor. Todo el mundo conoce que mucho banquillo no tienen, eso ya quedó demostrado con la elección de su cabeza de lista, el señor Aldo Ciprian, que lo importaron desde Terrassa. Parece que no consiguieron encontrar en Sant Cugat a nadie preparado o del agrado de la cúpula nacional de Cs para ser cabeza de lista. Otro día podemos hablar del curioso sistema de primarias de Cs para escoger sus cabezas de lista.
Estamos rodeados de hipócritas que quieren imponernos su realidad con los mismos métodos. Los unos, un país de corrupción, ultra liberal, en el que el libre mercado barra los derechos sociales conquistados por los trabajadores. Los otros, un modelo de país casposo, católico y misógino: no hace falta ver la lista de conselleres del nuevo gobierno de la Generalitat o recordar las palabras del diputado Lluis Salvadó, de ERC, o ver la fotografía del president Torra a la salida de 'Misa del Corpus' entre dos mujeres con 'peineta y mantilla' al más puro estilo de Maria Dolores de Cospedal.
Por suerte, estas semanas hemos visto que hay una España moderna, democrática, feminista, ecológica y dialogante capaz de llevarnos del siglo XIX de regreso al siglo XXI.
Vicenç San Francisco és membre de l'executiva del PSC a Sant Cugat
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