La pérdida de mayoría absoluta por parte de Convergencia les dejó ciertamente descolocados los primeros meses y tuvieron varios reveses en el pleno del Ayuntamiento. Creo que el hecho de que en la oposición convivieran fuerzas tanto de izquierdas, de centro o de derechas, así como nacionalistas y no nacionalistas les hizo infravalorar la capacidad de la oposición para ponerse de acuerdo en determinados temas transversales de ciudad. Y esto, por cierto, lejos de resultar perjudicial para Sant Cugat, no cabe duda de que aportó cosas tremendamente positivas.
Fue así como entre todos se trabajó en la implementación de la tarifación social que hoy empieza a ver sus frutos. Se aprobaron diversas mociones en pro de la igualdad de hombres y mujeres. Se sacaron adelante promesas de equipamientos como la sala de conciertos polivalente o la cobertura de la piscina del Parc Central. En esta coyuntura de diálogo Ciutadans pudo, por ejemplo, sacar adelante una actualización del valor catastral a la baja y, por primera vez en muchos años, en 2016 hubo una ligerísima bajada del IBI del 2,16%. También, a propuesta nuestra, salió adelante una moción para procurar hacer la vida más fácil al colectivo de celíacos de nuestro municipio. Y así un largo etcétera.
Quien más quien menos, me refiero a los partidos políticos con representación en el pleno, sentía que de alguna manera su voz y su voto tenía cierto peso en la toma de decisiones. Pero esto ciertamente incomodaba profundamente en el seno de Convergencia que aspiraba, como en el pasado, a aplicar el rodillo y hacer y deshacer a su antojo. Aunque fuera en detrimento de la prosperidad de la ciudad.
La ruptura de las CUP perdiendo a uno de sus regidores, el fichaje del equipo de gobierno del único edil del Partido Socialista, amén de las abstenciones puntuales del único representante del Partido Popular en temas clave, han vuelto a darle a lo que ahora llaman PDeCAT la oportunidad de volver a tener la sartén por el mango. Qué pena.
Así, en los últimos meses vemos que se retrasan compromisos adquiridos en el pasado sine die. Ejemplos: la implementación en la página web del Ayuntamiento de las mociones aprobadas y su grado de ejecución en este mandato no se actualiza de forma correcta; la cobertura de la piscina del Parc Central ni está, ni se la espera, aunque existía el compromiso de que antes de la finalización del curso 2016-17 estaría instalada. Lo que proponía la moción acerca de los celíacos apenas se ha desarrollado. La mayoría de mociones que a principios de mandato se aprobaron avanzan, si es que lo hacen, de forma desesperantemente lenta. Lo normal, de hecho, es que duerman el sueño de los justos y críen polvo en un cajón.
Y en estos dos años que nos quedan por delante, lo dicho: Convergencia practicará un 'catenaccio' de manual. Despejará las mociones que no le interesen. Promoverá grupos de trabajo destinados a ir matando los temas que no le son de su agrado, con el convencimiento de que entre que se formalizan los grupos, se reúnen y se extraen unas conclusiones, ya se habrá acabado el mandato y habrá realizado, Convergencia me refiero, tan solo aquello que le haya interesado y de lo que pueda sacar un rédito político. Y además con el pretexto de que lo que hacen es poner en marcha procesos participativos. Siempre hay quien pica el anzuelo.
Y cuando se celebren las elecciones municipales, allá por mayo de 2019 y se conozcan los resultados, existirán dos alternativas: o bien el PDeCat no puede formar gobierno y el que venga después tendrá que afrontar los diversos y numerosos marrones, o bien si existe la oportunidad de perpetuarse de nuevo en el poder harán como hizo el señor Calvet con urbanismo nada más llegar y encontrarse con la herencia de su predecesor, el señor Casajoana: borrón y cuenta nueva.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de C's
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