La deslocalización de la planta de producción a Iasi (Rumania) había sido un proceso lento y seguro de varios años por lo que las promesas de última hora podían tener poco o ningún calado en el final de la historia. En febrero del 2007, Delphi Puerto Real cerraba incumpliendo promesas y subvenciones.
La Junta recibió en el 2009 una indemnización de 10,5 millones de euros para recolocar a los trabajadores. A fecha de hoy la tasa de paro de Puerto Real y de las 13 poblaciones cercanas que aportaban trabajadores a la fábrica ronda el 35%.
Por aquel entonces Delphi Sant Cugat contaba con más de 1200 empleados y era el centro productivo más grande de Europa en la fabricación de bombas para motores diésel de inyección tipo Common rail y uno de los centros de investigación y desarrollo más punteros de la marca.
Durante la primera década del 2000, tuve la suerte de trabajar para la empresa de Sant Cugat como proveedor de herramientas y máquinas de mecanizado para el desarrollo de proyectos y prototipos de bombas con mayor rendimiento e incluso con menor durabilidad según los parámetros de obsolescencia programada ya que las bombas solían tener una vida útil que multiplicaba por dos o tres la vida útil de los coches para las que se fabricaba. En el 2006 se informaba de que Delphi había empezado la fabricación de las bombas en una planta gemela y empezaban a enviarse las primeras líneas de producción 'obsoletas' desde Barcelona a Iasi (Rumania) junto con el desplazamiento de experimentados ingenieros de la planta catalana a Rumanía para la puesta en marcha de lo que se vendió como una planta de segunda. En ese entonces, Rumanía acababa de entrar en el 2007 en la Unión Europea.
Los costes de fabricación eran mínimos puesto que las máquinas trasladadas ya estaban amortizadas, el coste de investigación nulo y la mano de obra no cualificada era de un cuarto del coste de la plantilla en Sant Cugat.
El flujo de ingenieros cualificados desde Barcelona a Iasi fue continuado a partir del 2008 hasta el punto de ofrecer el traslado definitivo a este personal mientras la ingeniería de Sant Cugat se iba despoblando de profesionales experimentados que eran el auténtico valor diferencial de la marca en la fábrica vallesana. El famoso I+D, 'el know-how', que es actualmente el único valor competitivo en países con una renta per cápita superior, se ha ido escapando entre los dedos ante la ceguera de los diferentes gobiernos regionales y nacionales.
Y ahora llega el 2016 y la fábrica hace años que ya ha dejado de recibir nuevos proyectos, nuevos estudios que, ahora sí, se han desplazado a otro país de la Unión Europea donde la fabricación de la misma bomba cuesta menos de la mitad que en España y que posee, ocho años después de sus inicios, de la ingeniería puntera que hizo a Sant Cugat referencia de excelencia durante muchos años.
Ahora llega el momento de las fotos, de las promesas, de las visitas de nuestro ilustre ministro de exteriores y santcugatenc Raül Romeva a la sede de la Unión Europea para justificar su abultado salario.
Esperemos, por el bien de todos, que el resultado no sea el mismo que con la sede de Puerto Real. Pero una cosa está clara, la inacción pasa factura y ni la Generalitat ni el Ayuntamiento han estado a la altura de la situación. Veremos qué pasa ahora.
ALDO CIPRIAN es portaveu de C's
OPINA
Identifica't per comentar aquesta notícia.
Si encara no ets usuari de Cugat.cat, registra't per opinar.
Avís important
Tots els comentaris es publiquen amb nom i cognoms i no s'accepten ni àlies ni pseudònims
Cugat.cat no es fa responsable de l'opinió expressada pels lectors
No es permet cap comentari insultant, ofensiu o il·legal
Cugat.cat es reserva el dret de suprimir els comentaris que consideri poc apropiats, i cancel·lar el dret de publicació als usuaris que reiteradament violin les normes d'aquest web.