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Los siguientes cuatro años constituirán mi segundo mandato como Concejal del Ayuntamiento. Y tras estos primeros años como Concejal, que han supuesto mi inicio en la vida política en general y en la de Sant Cugat en particular, he adquirido, o más bien he reforzado, una convicción que ha tomado cuerpo profundamente en mi conciencia.
Se trata de una convicción que podría parecer una perogrullada, pero la realidad muestra que no lo es. Un gobierno municipal, como cualquier otro gobierno, debe estar al servicio de todos los ciudadanos. No me refiero a que el gobierno municipal ha de evitar discriminaciones, que por supuesto es así. Me refiero más bien al modo como los gobernantes contemplen la ciudad, su vida, sus actividades, sus necesidades. Me refiero a que quien gobierne ha de buscar el bien común de la ciudad. El bien común que no es la suma de los bienes particulares de todos los ciudadanos, sino que es un valor con entidad propia.
Se sirve al bien común cuando se promueven políticas generales y medidas concretas que buscan crear, o favorecer, las condiciones necesarias para que los ciudadanos, las asociaciones, los grupos y entidades que integran la ciudad, puedan desarrollar su actividad, individual y colectiva, del modo más fácil y cómodo posible.
Un gobierno municipal, como cualquier otro gobierno, sirve a los ciudadanos y sirve al bien común cuando contempla en primer lugar la vida de éstos en su sentido más amplio y pone por delante de las propias necesidades y conveniencias del Ayuntamiento las necesidades y la conveniencia de aquellos a quienes debe servir.
Se sirve al bien común cuando el gobierno municipal no intenta modelar la ciudad al antojo de quienes gobiernan, sometiendo a los ciudadanos a un modelo de convivencia prefijado, preestablecido y fruto de prejuicios y apriorismos subjetivos de los gobernantes. Se sirve al bien común cuando se hace todo el esfuerzo posible por resolver los problemas concretos y prácticos del modo que sea más conveniente para los ciudadanos, no para el Ayuntamiento o sus gobernantes; cuando se respeta la pluralidad de pensamientos, creencias y circunstancias de cada uno; cuando se atiende a las desigualdades de manera desigual, que es el único modo de ser justos y solidarios. Se sirve al bien común cuando se respeta, se promueve y se fortalece la libertad de todos, dentro del marco que establece la ley y las normas de convivencia.
Se sirve al bien común en definitiva cuando se busca servir de veras a los ciudadanos y no servirse de ellos para los propios fines o las propias abstracciones, o los ensueños y utopías de quienes gobiernan.
Esta es la esencia, el espíritu, que informará el programa del Partido Popular de Sant Cugat con el que nos presentaremos a las próximas elecciones municipales. Es también la esencia del espíritu que ha informado nuestra acción política durante estos últimos cuatro años, con sus aciertos y sus errores, y que presidirá nuestra acción durante los próximos cuatro años tras las próximas elecciones.
JORDI CARRERAS és portaveu del PP
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