Escrache: la nueva forma de extorsión y acoso
Esther Cabello
Publicat: el 9/abr/13
Opinió|
Columnes
El 'escrache' surge en Argentina durante los años más duros de la dictadura y cobra protagonismo a mediados de la década de los 90. Consistía en la protesta pacífica frente a las casas de ex altos cargos del régimen militar a los que el pueblo consideraba responsables de los abusos y las desapariciones de miles de ciudadanos que habían sido indultados a partir de 1995 por el gobierno de Carlos Menem. Este tipo de protesta tuvo un gran auge en el 2001 con el 'corralito', donde comenzó a degenerar y pasó de ser una protesta pacífica e incluso festiva, a convertirse en acoso e intimidación.
Pues bien, ahora en el 2013, hemos importado el 'escrache' a nuestro país como si se tratase de algo innovador. La gran diferencia es que en nuestro país vivimos en democracia, una democracia en la que cada cuatro años los ciudadanos eligen a quien quieren que les gobierne. En este caso es el Partido Popular, con un respaldo de casi 11 millones de españoles, quien está gobernando y en las próximas elecciones los ciudadanos tendrán la oportunidad de examinar su acción de gobierno, para ratificarlo o bien para sustituirlo. Eso sí, para que exista democracia se han de aceptar los resultados de las urnas y las normas de convivencia.
Estamos en unos momentos complicados de desempleo, de recortes y subidas de impuestos, para intentar encauzar un 'heredado' déficit público desorbitado. Muchos ciudadanos se sienten ahogados y decepcionados. En el 2011 hubo elecciones y la mayoría de los ciudadanos decidió un cambio de gobierno para afrontar la crisis; ya no confiaban en que el gobierno anterior pudiese resolverla.
Pues bien, ahora, la izquierda violenta y antidemocrática, esa que no consigue movilizar a los ciudadanos porque no les apoyan, quiere doblegar la voluntad de la mayoría a modo de 'escrache'. Es un sistema que no requiere de mucho respaldo, un pequeño grupo de personas puede extorsionar a otra que se encuentra tranquilamente en su casa, fuera de su ámbito laboral.
Tengo grandes dudas de si a los componentes de ese movimiento, que se amparan bajo el paraguas de 'los desahucios', les importan mucho o poco los desahuciados realmente. Sólo se dedican a extorsionar a miembros del Partido Popular, curiosamente, ahora que el Partido Popular está legislando para intentar solucionar el problema y que se va a promulgar una legislación que hará que los deudores hipotecarios españoles sean los más protegidos de la Unión Europea, cosa que no hizo el gobierno anterior.
Todos tenemos derecho a protestar y a manifestarnos cuando vivimos situaciones injustas, incluso dramáticas, en algunos casos de desahucios, pero el método no es el más adecuado. Sobretodo si unos pocos se aprovechan de la desgracia de los demás para instrumentalizarla y, en lugar de buscar soluciones al problema principal, lo utilizan con fines partidistas.
En fin, habría que buscar otras vías, yo creo que más democráticas, de protesta. La historia nos ha demostrado que el 'escrache' es un método peligroso porque una vez prendes la llama no sabes dónde acabará el fuego.
ESTHER CABELLO és Secretària General del Partit Popular de Sant Cugat