Liderazgo del PP frente a la deriva socialista
Esther Cabello
Publicat: el 26/feb/13
Opinió|
Columnes
El pasado miércoles día 20 se celebró el vigésimo tercer debate sobre el estado de la nación. Por primera vez, Mariano Rajoy intervino como Presidente del Gobierno y Alfredo Pérez como líder de la oposición. Rajoy no ocultó que la situación económica sigue siendo muy difícil, es verdad; pero, al mismo tiempo, marcó un reto: 'que en los próximos meses, las buenas noticias que empiezan a producirse en la macroeconomía se perciban ya en los hogares españoles'.
A muchos no les gusta, es más, les molesta que se hable de la herencia recibida por el mal gobierno del PSOE, piensan que se trata de una excusa para justificar el actual estado económico y social de la nación. Pues no es ninguna excusa. Ha pasado poco más de un año y un año en los ciclos económicos es muy poco tiempo, aunque a los ciudadanos se nos haga eterno. Hoy estamos donde estamos porque hace 5 o 6 años no se quisieron adoptar las medidas ni las reformas que debían haberse tomado; muy al contrario, se tomaron decisiones que sólo han servido para agravar la situación actual. Hay quien apunta que la situación actual proviene del gobierno de Aznar, pero de ser así, ¿por qué en los 7 años de gobierno del PSOE no se propició un cambio de rumbo de la economía ni se hizo un cambio del modelo económico? Los socialistas simplemente se dejaron llevar, tomando como propios los logros heredados de la abundancia económica del momento, sin pensar que podían llegar las 'vacas flacas'.
Nuestro presidente del gobierno destacó que, para salir de la crisis, se han tomado 'decisiones duras, difíciles y poco agradables', pero necesarias para fortalecer el estado de la nación. En el debate, nuestro presidente anunció nuevas medidas para impulsar el crecimiento económico: estímulos para la contratación de jóvenes, nuevas inyecciones para el pago a proveedores, impulso a los emprendedores, modificación del sistema de ingreso del IVA, etc. Y ofreció un pacto a todos los grupos para combatir la corrupción.
Sin duda, el debate reafirmó que nuestro presidente del gobierno es capaz de cambiar el rumbo perdido de nuestro país, para volver a llevarlo al lugar destacado en Europa en el que debería estar.
Sin embargo, pese a tener los primeros datos positivos desde que se inició esta crisis, me sigue embargando un sentimiento agridulce, al ver que el régimen constitucional sólo lo defiende nuestro partido, aunque sea mayoritario. El PSOE de Rubalcaba ha dejado de ser uno de los grandes pilares que sustentaban la Carta Magna. Así, en la oposición unos están preocupados por reformar la Constitución para federalizarla, otros para refundar España y algunos para disolverla. Mientras, los ciudadanos están ahogados y lo que quieren es salir de la crisis; y para eso lo mejor es 'afianzar la estabilidad de España'.
Mientras el PSOE se quiebra con sus guerrillas internas, propiciadas en mayor parte por el PSC, en el Partido Popular nos comportamos como una piña, como un gran equipo de trabajo con un objetivo común: que España salga de la crisis.
El PSOE tiene mucho trabajo por hacer, tiene que constituirse en auténtica alternativa de poder, porque sin alternativa no hay democracia. Pero, que lo que proponga la alternativa sea dinamitar la Constitución es un auténtico disparate.
ESTHER CABELLO és secretaria general del PP de Sant Cugat del Vallès