El Quinto de Sant Cugat: de tradición cultural a mitin sectario
Nacho Bruna
Publicat: avui, a les 09:00
Opinió|
Columnes
Entre el 26 y el 30 de diciembre, los jóvenes de Sant Cugat asistimos al tradicional Quinto. Lo que debería haber sido un espacio de encuentro, diversión y cultura se convirtió en un espectáculo bochornoso de propaganda política.
La defensa de los organizadores, vinculados a Arran, fue decir que la cultura "debe tener un caire reivindicativo". Esto evidentemente no es más que una excusa para imponer su ideología. Porque no están defendiendo la cultura: están utilizando tradiciones para conseguir imponer su ideología.
Las consignas sectarias, los insultos y las burlas nos muestran que aquel tradicional Quinto ha sido secuestrado por Arran para convertirlo en un mitin político disfrazado de evento cultural.
"Puta España", burlas sobre atentados de ETA y ataques anticapitalistas fueron un resumen de las expresiones que se escucharon esos días. Llamar "cultura" a esto no solo es un insulto a quienes creemos en el verdadero significado de la cultura, sino también una burla a la inteligencia de todos los jóvenes de Sant Cugat.
La cultura debe ser un lugar de encuentro, no una trinchera política. Cultura no puede ser un espacio donde se celebren atentados terroristas ni donde se promueva una ideología dictatorial como el comunismo. No se puede llamar "reivindicación" a una actividad que insulta a quienes no piensan igual, que excluye a aquellos que no piensan como ellos y que convierte un evento público en un altavoz sectario. La verdadera cultura no excluye, no insulta y no impone. La verdadera cultura nos une, nos enriquece y nos hace mejores como sociedad.
Evidentemente, la cultura nunca es completamente imparcial porque se produce en un contexto social, político y económico determinado. Cada obra, evento o expresión cultural llevan implícitos los valores de quienes la crean. Incluso la decisión de evitar temas controvertidos en una actividad cultural es una postura política en sí misma. Sin embargo, la imparcialidad se confunde con el equilibrio. La cultura puede aspirar a ser un espacio inclusivo donde todas las voces puedan expresarse sin que una visión particular se imponga sobre las demás.
Mientras siga Arran utilizando el Quinto como una herramienta de confrontación, jamás podrá ser interpretado como cultura.
El Quinto fue culturalmente importante porque unía a los jóvenes. Aquellos discursos políticos que insultan la ideología y las sensibilidades de como mínimo una parte de nosotros son incapaces de representarnos a todos.
Frases como "Puta España" no nos representan. Burlarse de un atentado de ETA no nos representa. Estos actos no son cultura, son propaganda sectaria. Y no podemos seguir permitiendo que una minoría ruidosa tome nuestras tradiciones.
La juventud de Sant Cugat merece más que un mitin político disfrazado de cultura. Merecemos respeto, pluralidad y espacios que realmente nos representen. La cultura no divide, al revés, es aquello que nos une y nos da un sentido como sociedad y debemos exigir que los eventos para jóvenes estén a nuestra altura.
NACHO BRUNA és membre de les Noves Generacions i membre de la junta local del PP de Sant Cugat