Espiar a todos, todo el tiempo, es posible
Dimitri Defranc
Publicat: el 21/mai/22
Opinió|
Columnes
Pensar que el espionaje por el smartphone es nuevo es un error. Pensar que el espionaje a figuras políticas es nuevo es un error. Pensar que solo le pasa a los políticos es otro error. Desde el 2017, los políticos independentistas sabían o sospechaban que los venían espiando.
La primera muestra de esto me llegó cuando comencé a recibir notificaciones de Telegram que me anunciaban que varios cargos del Ayuntamiento de Sant Cugat se habían pasado a esa red. Estos contactos los tenía por cuestiones de trabajo. Casi todos eran independentistas que buscaban redes más seguras para evitar el 'hackeo', o por lo menos ellos pensaban que así lo evitarían. Ahora sabemos que Damià Calvet, en ese tiempo cargo del Ayuntamiento de Sant Cugat y después de la Generalitat, fue espiado por el sistema Pegasus.
Pero esto no solo pasa a los políticos. Si usted es una persona sin interés para la seguridad del estado o el CNI, también puede ser espiado. En el 2019 la justicia española sancionó con 250.000 euros a la liga de fútbol por espiar a 50.000 españoles. Dada la cantidad de personas espiadas, la sanción sinceramente es ridícula. El espionaje tenía la finalidad de saber si estabas viendo el fútbol en un bar no autorizado, para lo cual, la liga de fútbol que ya podríamos considerar después de esto una organización mafiosa, por medio de su app, cuya función es consultar los calendarios de la liga, encendía tu micrófono, obtenía tu localización GPS y calculaba si el lugar donde estabas viendo el partido era un bar que no había pagado los derechos de emisión o difusión.
Ahora, los servicios de inteligencia ya no tienen problemas para recoger tus datos, el problema que tienen ahora es como discriminar qué les puede servir para su fines de entre esos miles o millones de datos tuyos.
Lo peor que le puede pasar a un paranoico es que sus paranoias y delirios de persecución se confirmen. En este tema ya está confirmado, nos espían, nos roban datos, detectan (y es literal) hasta qué tipo de anuncios nos venden cuando estamos en el baño. Y esto lo saben por el ángulo del giroscopio del teléfono. ¿Ciencia ficción? Lo de Orwell en '1984' lo parecía, y la ficción ha superado a la realidad.
Lo único que nos puede servir de consuelo en esta realidad distópica es que en el 99% de los casos nos espían no por morbo (que también) o para meternos en la cárcel por nuestra ideología (que también), sino literalmente para vendernos productos de manera sectorizada y efectiva, productos que la mayoría son auténticas "chorradas".
Pero así es el capitalismo moderno, sin escrúpulos, sin miramientos. Pensar que a ti no te afecta es autoengaño, aquí solo nos queda defender los derechos de todos para defender los derechos de uno mismo, o eso o resignarse y renunciar a tu más íntima privacidad.
DIMITRI DEFRANC CEVALLOS és president de Proposem