Hamlet, Hamlet
Sergio BlázquezSergio Blázquez
Publicat: el 14/feb/18
Opinió|
Columnes
Hace un tiempo, miembros del equipo de gobierno del Ayuntamiento fueron a Dinamarca para tomar ejemplo en materia de modelos de biblioteca pública. En general los países escandinavos suelen ser buenos referentes tanto en la gestión de lo público como de lo privado. Evidentemente no todo es de color de rosas y la mitificación de los países nórdicos tampoco es aconsejable, pero por lo general debemos reconocer que en muchos aspectos nos gustaría parecernos a ellos.
Sin ir más lejos, envidio la forma en que la ciudadanía persigue, castiga y no tolera la corrupción. En el mismo sentido a menudo son los propios dirigentes los que dimiten de sus funciones de motu proprio cuando entienden que sus actuaciones no han sido todo lo honrosas o diligentes que deberían.
Por poner un ejemplo les citaré el caso de Mona Sahlin: la señora Sahlin, viceprimera ministra de Suecia en los años noventa, presentó su dimisión por haber gastado 35 euros del erario público en la compra de dos tabletas de chocolate Toblerone y un vestido.
Sant Cugat, por desgracia, es harina de otro costal. La ciudad ha sido el epicentro de la trama corrupta de financiación de Convergència durante muchos años. Las famosas mordidas del 3%. Nuestra actual alcaldesa, que ocupó el área de Urbanismo durante gran parte de ese período negro, en la 'hipótesis de trabajo' más favorable para ella no se enteraba de absolutamente nada. Ni de lo que pasaba en la ciudad ni de lo que pasaba en su propio partido. Y Conviene recordar que fueron obras públicas que fueron encargadas, adjudicadas y pagadas por el propio ayuntamiento.
Señores del PDeCAT, si aspiramos a ser escandinavos actuemos en consecuencia. Recordando de nuevo su viaje a Dinamarca tengan en cuenta que es allí donde transcurre Hamlet, la genial obra de Shakespeare: dimitir con honor o aferrarse al poder a toda costa. Esa es la cuestión.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de Cs