Nosotros hemos visto cosas que vosotros no creeríais...

Lourdes Llorente


Publicat: el 10/oct/17
Opinió| Columnes

Intento explicar a mi familia, todos de fuera de Catalunya, el por qué de la situación aquí, las circunstancias en las que estamos viviendo, la cosas que hemos visto. Años de manifestaciones multitudinarias, de desencuentros absurdos, de desagravios sin sentido, de escalada del sentimiento de desapego, años de peticiones desoídas y reiteraciones continuas al diálogo, a ser oídos, a ser escuchados, a ser reconocidos, a ser considerados. A ser.

Y año tras año, como respuesta, simplemente la ignorancia, la cerrazón, la mirada altiva y la posición inquebrantable de quien se cree con la razón de la ley y de la fuerza y se sabe tenedor de la fuerza del poder. El ninguneo de las cifras, que este domingo sí eran tan importantes. Apelaciones a mayorías silenciosas que han sido contadas también año tras año en el lado que más conviene. 'Mayoría' que este domingo, en una amalgama que aglutinaba a personas que deseaban expresar sus legítimas ideas y deseo de unidad, con indeseables que alzaban la mano y se orgullecían de mostrarse como nazis y fascistas con el peor olor a rancio y podrido que nos ha quedado como herencia más visible y folclórica del fascismo. De nuevo la prepotencia de creer que se habla en nombre de quienes no te ha dado legitimidad para hablar por ellos.

Año tras año el escudo continuo, repetido y absurdo de la Ley, esa ley que todos han ignorado y se han saltado siempre que han podido en su propio interés, esa ley que han cambiado cuándo y cómo han querido, o les ha sido ordenado por aquellos a quienes nadie ha votado. Esa ley que parece ser un mandato divino y no un pacto social que sirva para regular la convivencia y no para hacerla imposible. Esa ley que parece un juramento de sangre que estrangula a toda una comunidad, en lugar de ser un instrumento para hacer una mejor democracia y por tanto a todos más libres. Que puestos a apelar a la Constitución del 78 y concretamente a su primer artículo, digo yo que podrían haber empezado por luchar porque el Estado sea social y democrático de Derecho, por ese orden y no por el contrario.

Y al final, después de intentar explicar, contar, enseñar, mostrar y compartir, me encuentro con la misma cara de incredulidad y desconfianza, la misma sensación de hablarle a alguien que piensa que es mi creador. Tendremos que seguir con ellos, ojalá, o sin ellos, sin su credulidad y sin su
apoyo, para que mañana, hoy tal vez, podamos creerlo nosotros mismos.

Lourdes Llorente és REGIDORA DE LA CUP