La demokracia de algunos
Sergio BlázquezSergio Blázquez
Publicat: el 21/des/16
Opinió|
Columnes
'Tolerancia por aquellos que están de acuerdo contigo no es en absoluto tolerancia'- Ray A. Davis. Me ha parecido oportuno empezar mi artículo citando al heterodoxo autor, puesto que en una frase ha conseguido sintetizar todo lo que pretendo decir en las próximas líneas.
En fechas recientes hemos asistido, por desgracia, a varios sucesos que ponen de relieve la falta de respeto que ejercen algunos ciudadanos para con otros. Personas irrespetuosas que se amparan en una supuesta ideología para procurar coartar la libertad de expresión de aquellos que no piensan como ellos. Una forma, como cualquier otra, de totalitarismo.
En primer lugar, quiero señalar los hechos que han tenido lugar en la Universidad Autónoma de Barcelona el pasado 12 de diciembre. La historia es tan simple como el que unos estudiantes pertenecientes a Societat Civil Catalana monten una carpa para, entre otras cosas, informar acerca de un documental. Hasta aquí muy sencillo. Pero el asunto se complica cuando los intolerantes de siempre, alrededor de cincuenta sujetos, se presentan en el mismo lugar y a la misma hora para reventar el acto. El epílogo es bien conocido y supone el que tenga que actuar la policía para garantizar la integridad física de los organizadores.
El segundo ejemplo que traigo a colación tuvo lugar una semana antes: el día 6 de diciembre tuvo lugar en Rubí la celebración por parte del ayuntamiento de la localidad del Día de la Constitución. El acto consistió principalmente en la lectura pública de artículos de nuestra Carta Magna. Pues bien, allí estaban presentes también, mismo día, lugar y hora los revienta-actos de turno. Armados con megáfonos y sirenas que rompían la tranquilidad de la mañana intentaron sin éxito silenciar a los participantes. Lo cual, sobra decirlo, no consiguieron.
En resumidas cuentas, algunos de los que van dando lecciones de democracia son los primeros en no predicar con el ejemplo. A mi jamás se me ocurriría asistir a un acto nacionalista con el fin de perturbarlo, violentarlo o impedir su normal desarrollo.
El respeto hacia el otro, al que piensa distinto o tiene otro credo, es un valor en sí mismo que cabe preservar y situar en la cúspide de cualquier sociedad que se defina como democrática.
El hecho de que en pleno siglo XXI todavía tengamos que reivindicar la tolerancia real y la libertad de expresión da la medida de cuán lejos estamos de llegar a la meta. Habrá que perseverar.
SERGIO BLÁZQUEZ és regidor de C's