2016
Aldo Ciprian
Publicat: el 30/des/15
Opinió|
Columnes
El año que dejamos ha sido, desde el punto de vista político, uno de los más estresantes desde que en el 2006 nos juntáramos unas 400 personas en el hotel de Bellaterra para arrancar un proyecto proveniente de una plataforma civil, y transformarlo en una alternativa de gobierno allí donde se ha presentado.
Hace apenas un año y medio, los 3.000 afiliados del partido no nos imaginábamos que el 2015 sería el año definitivo de despegue de una propuesta política que, nacida en Cataluña y con un presidente catalán, fuera la preferencia de 3,5 millones de españoles, que escogieron a C's como solución para salir de la crisis que arrastra nuestro país desde finales del 2007, esa que algunos visionarios llegaron a definir como 'pequeña desaceleración económica' (a veces los asesores de los políticos hacen más daño que todos los políticos juntos).
Durante el pasado año C's se ha visto sometido al voto en las elecciones autonómicas de Andalucía, Cataluña y Valencia, en la elecciones municipales de Mayo y, hace muy poco, las elecciones nacionales. La prueba de estrés a la que ha sido sometido nuestro partido ha sido continua, teniendo en cuenta que antes del 2.015 contábamos con apenas 12 concejalías, 2 diputados europeos y 9 parlamentarios en Cataluña. A fecha de hoy, C's es una fuerza emergente -que no nueva- con unos 1.500 concejales, representación en 12 de los 17 parlamentos autonómicos y 40 representantes en el Congreso. Un éxito rotundo, sin paliativos.
Para aquellos recién llegados al partido naranja, unos 35.000 según los últimos datos de afiliación, me gustaría recordarles la historia del partido que, a pesar de contar con un programa prácticamente calcado al actual en el 2006, estuvo a punto de desaparecer en el 2009 tras varios errores estratégicos y la candidez de nuestros representantes ante partidos con los que compartíamos el espectro ideológico y con los que no. De los errores se aprende y, gracias a esto, hemos llegado a ser una seria alternativa que, en los próximos años, tiene el reto de afianzarse y transformarse en algo más que una promesa.
A nivel local no vamos a ser menos. El trabajo y la seriedad de nuestro grupo municipal son reconocidos por todo el consistorio y, lo más importante, por parte de la ciudadanía de Sant Cugat que nos ha premiado con su confianza y voto creciente para, quién sabe, la próxima legislatura. El trabajo de proximidad será nuestro medio, y la obtención de pequeños logros desde la oposición nuestra meta.
C's estaremos allí donde haya debate de ideas y respeto por los argumentos, para que el claro beneficiado sea siempre el ciudadano. Aquellos que, faltos de propuestas y argumentos, prueben la falacia del populismo contra nosotros, no nos encontrarán.
Desde C's Sant Cugat os deseamos un inmejorable inicio de año 2016: contamos con vosotros para hacer grandes cosas.
ALDO CIPRIAN és portaveu del grup municipal de Ciutadans