Zanjas y lodazales
Sergio BlázquezSergio Blázquez
Publicat: el 15/mar/15
Opinió|
Columnes
Tiene la alcaldesa Sant Cugat hecho unos zorros. Qué manía con dejarlo todo para última hora, como si los ciudadanos tuviésemos memoria de pez y no tuviéramos en cuenta todo lo que no se ha hecho en estos últimos cuatro años.
Así, en estos días pasear por la ciudad se convierte en una carrera de obstáculos sorteando vallas amarillas, zanjas y pavimentos a medio fraguar. Todo ello con el fin último de que estas postreras semanas, previas a las elecciones municipales, se conviertan en un maratón de inauguraciones con toda su parafernalia: autoridades, cintas que cortar y sobretodo sonrisas y fotos a mansalva.
Hay sin embargo obras, que ni están ni se las espera. Zonas o equipamientos que han caído en el Inventario Municipal del Olvido. Los ejemplos son numerosísimos. A escasos metros de la Plaza Octavià, por ejemplo, ofrece un lamentable aspecto la comisaría de la Policía Nacional, puerta de entrada muchas veces para los recién llegados a nuestro municipio, por el simple hecho de ser parada obligatoria para regularizar determinada documentación.
Conviene recordar que la responsabilidad del mantenimiento de este edificio recae en nuestro Excelentísimo ayuntamiento. Pero bueno, tampoco le vamos a pedir peras al olmo, que bien es sabido que todo lo que huela a español, a un gobierno radical nacionalista como el de Conesa, le escuece profundamente.
En este triste Inventario Municipal del Olvido no pueden faltar los distritos, ocupando las primeras posiciones La Floresta y Les Planes. En cuanto a éste último territorio, tuve la oportunidad de asistir al último Consejo de Barrio y comprobar como estos vecinos son tratados como santcugatenses de segunda categoría. Para muestra un botón, que les referiré a continuación: El plato fuerte del Consejo de Barrio era hablar de la legalización efectiva y urbanización de Can Borrull. Pero ¡oh misterio!, el esperado protagonista, Sr. Casajoana, a la postre teniente de alcalde de Territorio, no hace acto de presencia, para monumental enfado de los sufridos vecinos. De forma surrealista se limita a informar al representante de una de las Asociaciones de Vecinos (que no es la única, por cierto) telefónicamente y poco antes del Consejo de Barrio de la Buena Nueva: los propietarios afectados tendrán que pagar algo menos de lo que barajaba el ayuntamiento. Todo ello sin enviar ningún tipo de documentación explicativa al respecto. Despachando el asunto en plan dictatorial.
Los vecinos, indignados montaron en cólera, exigiendo que les demuestren negro sobre blanco exactamente qué es lo que finalmente van a pagar. Y exigiendo luz y taquígrafos de lo que verdaderamente aporta la Diputación de Barcelona. Pues tienen la mosca detrás de la oreja y creen, probablemente con razón, que el gobierno de Conesa les está dando gato por liebre.
SERGIO BLÁZQUEZ és coordinador de C’s Sant Cugat