Putin y los nacionalistas catalanes

Jordi Carreras


Publicat: el 2/set/14
Opinió| Columnes

Tomo en este artículo al presidente ruso como referencia, porque se trata de un líder mundial lejano, dentro de lo que es posible en un mundo globalizado, y que últimamente ha aparecido ante la opinión pública para abordar situaciones de mucha gravedad.

No voy a entrar lógicamente en la valoración de aquellas crisis, ni en las de las declaraciones que el presidente Putin ha formulado. Las más recientes hace algunos días, ayer mismo la última. No voy a entrar por lo tanto en si son más o menos acertadas. Lo que sí quiero destacar es que sus declaraciones son siempre claras, sólidas en sus razonamientos y muy acordes con el sentido común, se esté o no de acuerdo con lo que dice. Y lo son incluso cuando recuerda que Rusia es una potencia nuclear y advierte a sus socios. Unas declaraciones durísimas y que pueden ser juzgadas como convenga.

Pero se piense lo que se piense, nadie podrá acusarle de ser irracional, ignorante, demagógico o irresponsable (irresponsable en el sentido de incapaz). Lo mismo que digo ahora de Putin podría decirse de muchos dirigentes políticos, de muy diversas procedencias y de muy diversas formas de pensar. Pero no puede decirse lo mismo, lamentablemente, de la mayor parte de nuestros políticos nacionalistas.

Basta para comprobarlo con citar algunas perlas a modo de ejemplo, porque una enumeración exhaustiva resultaría imposible por su extensión. Los despropósitos son casi siempre evidentes para cualquier persona con un mínimo espíritu crítico y que sea capaz de evitar que la pasión nacionalista le obnubile absolutamente el raciocinio (que parece que también ocurre en algún caso, por cierto).

Veamos un par de ejemplos. Las afirmaciones de hace algunos días, publicadas en 'La Vanguardia', de Oriol Junqueras, afirmando que si no se hace la consulta esto tendrá consecuencias graves en el mundo financiero español, resultan de risa. Exhibe el señor Junqueras una ignorancia realmente alarmante si se piensa que este hombre puede acabar siendo el líder del partido mayoritario en unas próximas elecciones autonómicas. En mi opinión, sin embargo, se trata de una ignorancia no culpable, inconsciente, y por eso la exhibe nuestro político sin ningún pudor ni vergüenza.

Es mucho peor la que exhibe hoy Toni Font, vicesecretario de UDC, que ha pedido al Presidente Rajoy, según anota 'La Vanguardia', que 'no viole la ley y el sentido común impugnando la Ley de Consultas, 100% legal'. Algún otro dirigente de CDC, cuya identidad no recuerdo ahora, ha llegado a afirmar que recurrir la Ley de Consultas sería prevaricación. Realmente sorprendente; y más si se tiene en cuenta que ha superado la aprobación del Consejo de Garantías estatutarias con un justísimo 5 a 4. Tan justo que a mí me parece inadmisible tratándose de una ley de gran trascendencia como es esta.

Aquí caben sólo dos explicaciones. O bien estos políticos son ignorantes con un ignorancia culpable y difícil de explicar; o bien están intentando confundir, mintiendo sin escrúpulos, a aquellos ciudadanos que pueden llegar a creer que usar los recursos que la propia ley concede a las personas en general, y al gobierno en particular, es una ilegalidad. Confusiones o mentiras que no sólo se producen en cuestiones de orden legal, sino que en determinados personajes son su modo habitual de expresión.

Muy abundantes son las declaraciones de esta naturaleza por parte de muchos nacionalistas; demasiado abundantes. Y quiero subrayar que son confusas, o mejor confundidoras, si que prefiere, o simplemente falsas, con independencia de lo que se piense o de lo que se defienda en el conflicto catalán por el que atravesamos. Cada cual es muy libre de defender las posiciones políticas que quiera, pero si no quiere hacer el ridículo ha de fundarse antes, y atenerse a la lógica y al sentido común. Si además se trata de un dirigente político, entonces tiene la obligación de actuar así, o bien, si no es capaz, debería retirarse o deberían retirarlo, porque en lugar de servir a la comunidad le hace daño.

Ciertamente así no llegarán a ninguna parte. Eso sí, harán y hacen mucho ruido, causarán y causan graves perjuicios a la convivencia, conseguirán enloquecer hasta lo irracional a los más débiles en lo intelectual, y seguirán sembrando la confusión y la mentira. Pero afortunadamente nunca podrán no ya construir un nuevo estado, si no tan siquiera gobernar las instituciones que tenemos. No pueden gobernar, aunque alguno ocupe algún cargo, porque son incapaces de hacerlo.

Espero que la gran mayoría de los catalanes tome conciencia pronto de lo que está sucediendo, y que entre todos limpiemos pronto la vida social catalana de tantos detritus intelectuales, que eso es lo que siembran algunos a manos llenas.

JORDI CARRERAS és portaveu del PP