Adiós, Juan

Querido Juan, esta semana nos dejaste, entre molinos de viento, cabalgando a lomos de Rocinante. Tu Dulcinea te despidió desolada y todos lloramos tu ausencia.

Nos dejas un vacío inmenso. Siempre recordaré cómo nos observabas atentamente, nos analizabas a distancia, con esos ojos pequeños y vivos que nos hacían pensar: '¡ay! que nos ha calao'. Y es que Juan, siempre ibas dos pasos por delante, nos toreabas y a nosotros nos gustaba.

Nos trataste con cariño y afecto. Creo que alguna vez pensaste que algunos estábamos muy lejos de aquello que tú considerabas 'hacer política', y probablemente tenías razón. Pero si nos torcíamos, nos dabas un collejón y allí seguíamos, revoloteando a tu alrededor, siempre con un buen vino, un buen queso manchego o un buen jamón. Las migas las dejábamos para ocasiones más especiales, por ejemplo, para la Festa Major. Esas colas que se formaban en el Monestir de Sant Cugat, a lo largo del 'Passeig dels Plàtans' muchos concejales arrimando el hombro, moviendo esas grandes palas y sirviendo a la gente. Porque eso es la política, un acto de servicio. Eso nos enseñaste.

Bueno Juan, allí donde estés, no sé si será La Mancha, pero te seguiremos siempre cual Sancho Panza.

Un beso enorme.
Aintzane Conesa, exregidora del PSC